viernes, 19 de diciembre de 2008

Ron Paul y Jim Rogers contra Bernanke

Sobre los efectos de la expansión monetaria. Subtítulos en español

Publicado en Youtube en febrero de 2008:




Enero de 2008:




Octubre de 2008




El de Jim Rogers, subtitulado en español aquí

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sábado, 6 de diciembre de 2008

Ayudas al automóvil: intervencionismo empobrecedor

En una entrada reciente explicábamos cómo, frecuentemente las políticas intervencionistas, al desviar la producción del curso que habría seguido en un mercado libre impiden que cada factor se emplee de la manera más provechosa y consecuentemente restringen la producción y empobrecen al conjunto de la sociedad.

Estos días la actualidad política nos brinda un ejemplo clarísimo de intervencionismo empobrecedor. El gobierno español ha ofrecido ayudas a los fabricantes de automóviles a cambio de que éstos se comprometan a mantener sus plantillas. Otros países occidentales han propuesto medidas parecidas. El sector atraviesa una aguda crisis. Las ventas de vehículos han caído estrepitosamente y por tanto las empresas deben adaptar su producción y sus plantillas al nuevo escenario. En este contexto ¿Qué sentido tiene incentivar a esas empresas para que mantengan sus plantillas? Políticamente puede tener algún sentido, pero económicamente no tiene ninguno. Si antes las empresas para mantener su producción necesitaban una plantilla abundante, pongamos, por poner un ejemplo, 200.000 empleados, y ahora para una producción mucho menor podrían pasar, por ejemplo con 125.000, ¿qué sentido tiene ayudarles a mantener los 200.000? Mantener a 200.000 trabajadores para producir lo que podrían producir 125.000, equivale a pagar a 75.000 trabajadores para que no produzcan nada. Lógicamente así no prospera ningún país. A nadie le gustan los despidos, pero pagar para no producir nada es ruinoso e inútil. Por cada empleo mantenido merced al gasto público, los contribuyentes que han sufragado ese gasto proporcionan un empleo menos en otras empresas. Si se orientan los recursos hacia sectores en declive, no se conseguirá sino perpetuar la recesión. ¿Qué hubiera pasado si cuando empezó a desarrollarse la industria del automóvil los políticos se hubieran empeñado en salvar el empleo de los fabricantes de carros de tracción animal?

Ante estas políticas populistas, hay que reiterar una y otra vez que los factores productivos son siempre escasos, y que aquellos que se empleen para una industria se están dejando de emplear para otra industria alternativa, acaso más eficiente, productiva y enriquecedora. Para que el capital y el trabajo se orienten hacia aquellos sectores donde pueden ser más provechosos hay que dejar que las decisiones económicas prevalezcan sobre las políticas, es decir hay que liberalizar los mercados para que los agentes, sin interferencias políticas, encuentren los usos más rentables para su capital y para su trabajo. Sólo así se reajustará la estructura productiva y se maximizará la producción redundando en beneficio de toda la sociedad. Los empleos que se pierdan en una empresa, si el mercado laboral es suficientemente flexible, se pueden recuperar en otra más eficiente.

A nadie debe extrañarle, después de este ejemplo, que los países que más trabas ponen al libre proceder de los agentes económicos y que más políticas restrictivas de la producción implementan, sean también los más pobres.

La producción es fin; el empleo, únicamente el medio de conseguirla. (Henry Hazlitt)

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