viernes, 26 de junio de 2009

Aliados iraníes

El individuo, para el colectivista, es un mero instrumento al servicio de una causa superior. Para el liberal, los derechos y las libertades individuales no están condicionados a la coyuntura social, económica, cultural o histórica, y no pueden, en consecuencia, ser sacrificados en el altar del bien nacional, ni del bien social ni religioso.

En Irán miles de personas anhelan una vida más libre, ya sea para vestirse como más les guste o para no acabar colgados de una grúa por su orientación sexual. Para ello tienen que acabar con el régimen teocrático imperante. Poca ayuda pueden esperar del exterior. Ni siquiera de alguien tan presto a denunciar golpes de Estado como Almodóvar. La rebelión está en marcha y poco importa que sea Musavi quien convoque las marchas de protesta. Musavi no es más uno que andaba por allí en el momento justo. Si los ayatolás le permitieron presentarse a las elecciones es porque su programa era compatible con los principios de la Revolución Islámica, pero los que se manifiestan no se juegan la vida por Musavi sino por un futuro más libre.

Habrá quien prefiera aliarse con estos ayatolás que oprimen a los iraníes e impulsan el terrorismo de Hezbolá. Habrá quien considere que la libertad de los persas bien puede pisotearse por exigencias de un guión antioccidental, pero para nosotros no caben más alianzas que la alianza de los civilizados frente a la barbarie.

¡Abajo la teocracia! ¡Viva Persia libre!




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