No me extraña que su principal asesor económico dimitiese. Las propuestas económicas de Ségolène Royal son puro populismo bananero.
Entre otras cosas propone:
- Incrementar el salario mínimo de 1.250€ a 1.500€ por una semana laboral de 35 horas. ( En España está en 516€ por una jornada de 40 horas )
- Renacionalización y fusión de las empresas Electricité de France (EDF), Gaz de France (GdF)
- "Democratizar", es decir, politizar, el Banco Central Europeo
¿ Se ha parado a pensar la Zapatera qué pasará con todos aquellos empleados cuyo trabajo mensual se valore en menos de 1.500 € ? ¿ Dónde podrán trabajar entonces ? ¿ Les ofrecerá trabajo ella en el sector público, tal vez ?
Y su voluntad de someter el BCE a control político ( para que sea más democrático, dicen ) es otro despropósito. ¿ Y si democratizamos también el precio de la carne ? ¿ O el sueldo de los políticos ? Les gustaría que el BCE bajase los tipos de interés cuando a los políticos les pareciese políticamente oportuno, en vez de que fluctuase según la oferta y la demanda de dinero. El tipo de interés, junto al tipo de cambio de una divisa, es el precio más importante de una economía y no puede quedar a merced de la conveniencia de los políticos.
Convendría que estos populistas se enterasen de una vez, que ni los salarios, ni ningún precio, son, ni pueden ser producto de una orden ministerial, sino consecuencia de la oferta y la demanda de lo que se quiere contratar. Si se pretende, como con el salario mínimo, fijar un precio superior al de mercado, la consecuencia será que se dejarán de demandar los servicios de aquellos trabajadores cuyo trabajo se valore por debajo del salario mínimo fijado. Es decir, se quedarán en el paro.
Cuando lo que se pretende, como en el caso de los tipos de interés, es mantener los precios por debajo de su nivel de mercado, es inevitable, por un lado, un incremento de la demanda del artículo intervenido. Al ser más barato, habrá más gente interesada en adquirirlo. Y por otro lado, una reducción en la oferta, pues a un precio menor, habrá menos gente dispuesta a ofrecer ese producto para su venta. Por consiguiente, en el mejor de los casos, la escasez de ese producto quedará garantizada. En el caso de los tipos de interés, Ségolène debe de creer que el ahorro se genera espontáneamente sin que le afecte el interés, y que los ahorradores no tienen ninguna otra opción para destinar su dinero, y que por tanto lo seguirán ingresando en los bancos en cualquier caso.
Espero que este domingo se lleve en las urnas el varapalo que se merece.