lunes, 16 de febrero de 2009

El tiburón del Carmelo




Lo ha pintado en un muro el grafitero Blu por encargo del ayuntamiento de Barcelona.
Es un gigantesco tiburón formado por billetes de 100 euros. Chapuceramente rectilíneo y bidimensional como si lo hubiese dibujado un niño de ocho años, pero progresista. Representa, interpreto, un colosal tiburón de las finanzas, la voracidad de este capitalismo insensible e inhumano, la ferocidad de la desregulación financiera que nos ha llevado a esta crisis de la que nos tienen que sacar los burócratas. Los mismos burócratas que hundieron literalmente el barrio del Carmelo contratan ahora a un grafitero progresista para distraer al personal y señalar a un culpable diferente de las desgracias cotidianas. Debemos temer la ferocidad del mercado, no a los sabios y ecuánimes prohombres de la política capaces de domesticar a la fiera.

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domingo, 15 de febrero de 2009

La economía de Los Reyes Magos

"Sus Majestades los Reyes de Oriente y Papa Noel han contado este año con un competidor excepcional. Un hombre que ha ido repartiendo mensajes positivos y sacas llenas de dinero por toda la geografía nacional: el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. (...). Él, con la única compañía de los miembros del Consejo de Ministros, ha ido mostrando su paquete de medidas para tratar de poner los cimientos de un tiempo de reanimación económica.

(... ) es de agradecer que el gobierno central decida dar un vuelco a sus previsiones presupuestarias y destine ese dinero suplementario a las administraciones más cercanas al ciudadano.

(... )Este plan de revitalización económica no puede recibir más que parabienes
."

No es ninguna parodia, un tal Gregorio Benítez escribía esto completamente en serio en el periódico La Voz de Castelldefels. Nuestro gobernantes, por lo visto, serían una mezcla entre la madre Teresa de Calcuta, Los Reyes Magos y Superman. Movidos exclusivamente por el amor al contribuyente estarían dispuestos a sacrificarse por nosotros para rescatarnos de una crisis en la que nada han tenido que ver, pero que dada su capacidad de generar riqueza de la nada y su omnipotencia, pueden resolver con facilidad mediante el sencillo mecanismo de gastar miles de millones de euros. Este plan "no puede recibir más que parabienes". Siendo tan positivo, tan sencillo y tan carente de inconvenientes, no es de extrañar que el mismo articulista se pregunte: "¿Por qué un gobierno como el nuestro no puede financiar año tras año esas obras que mejoran la calidad de vida diaria de sus ciudadanos? ¿Por qué hemos tenido que esperar a estar sumidos en una profunda y grave crisis económica, para que la Administración Central le dé prioridad a la mejora de servicios básicos en nuestras ciudades?"

En periódicos en principio más serios como La Vanguardia, el mensaje que recibe el lector no es muy diferente. En su suplemento de economía dominical, se pueden leer cada semana cosas como estas:

18/01/2009:

"Obama pretende ser el nuevo Roosevelt. (... ) Todo indica que los 800.000 millones no serán suficientes dada la magnitud del colapso del consumo". Andy Robinson

Es cierto que Obama pretende ser el nuevo Roosevelt, pero ellos lo pintan como el salvador de la economía mundial gracias al New Deal y no como el que convirtió una recesión en una larga y profunda depresión.

"La ruta de Roosevelt es el único camino". Paul Samuelson

1/02/09:

"Giro hacia la socialdemocracia. Empresarios y expertos parecen inclinarse por un modelo de mercado menos explosivo y más regulado". Andy Robinson


Ante este bombardeo de noticias muchos lectores acaban creyendo que la caída del consumo no es consecuencia de la crisis sino su causa, y que la solución pasa por dejar que los gobernantes gasten masivamente nuestro dinero porque sabrán hacerlo de manera más provechosa que nosotros. Si la solución es tan sencilla ¿por qué no están gastando masivamente todos los años? ¿por qué no gastan el doble para estimular más aún la economía y crear más empleo? Lo que se oculta es que el gobierno no puede crear riqueza de la nada y que todo lo que gaste lo dejará de gastar el contribuyente que ha financiado al gobierno mediante impuestos, o bien lo pagará dejando de consumir a medio plazo cuando haya que pagar las deudas contraídas por el gasto gubernamental que además habrán servido para dificultar el acceso al crédito de los agentes privados, o bien lo pagarán los ahorradores mediante la disolución de su riqueza en el caso de que se decida pagar la factura de los planes de estímulo aumentando la oferta monetaria, o sea reduciendo el valor adquisitivo de cada billete mediante la impresión de más.

Vean en este vídeo cómo la oferta monetaria ha crecido vertiginosamente en EE.UU.:




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lunes, 9 de febrero de 2009

Trichet tiene razón

Antes de 2008 muy poca gente preveía una crisis de tanta magnitud como la que ahora nos acecha . Se sabía que había algún nubarrón en el horizonte pero casi nadie estaba dispuesto a escuchar a los poquísimos aguafiestas que anunciaban el fin de una etapa. El desempleo era bajo, las bolsas estaban cerca de sus máximos históricos, España tenía un superávit importante y presumía de jugar en la Chapions League. ¿Quién iba a dejarse amargar por lo que dijeran unas cuantos agoreros? Los agoreros eran Peter Schiff, Harry Schultz, Francisco García Paramés, Roubini y Santiago Niño entre otros. Este último escribía hace tres años :

"... desencadenarí­a una crisis tremebunda. ¿Cómo de tremebunda?, pues la crisis serí­a de un nivel semejante a la Depresión de los Años Treinta iniciada con el crash de 1929. "

Llevo tiempo siguiendo los análisis de este catedrático. Me llamaba la atención que siguiendo un método muy distinto ( la econometría ) hubiese llegado a unas conclusiones parecidas a las de los economistas de la Escuela Austriaca. Recientemente, sin embargo, me ha descolocado que escribiese esto:

"Lo mejor de la semana pasada: M. Jean-Claude Trichet diciendo el Jueves que el origen de los problemas actuales está en el bajo precio que el dinero tuvo en años pasados: ¡alucinante!. ¡Pero si fue gracias a esos créditos concedidos a mansalva y a un precio bajo que las economías crecieron como crecieron!. ¿Por qué dirá alguien como él cosas como esa cuando sabe mejor que nadie que no son ciertas?"

En realidad sí son ciertas, como han explicado mediante una argumentación de una congruencia lógica impecable los seguidores de Mises. Los tipos de interés estuvieron muy bajos durante mucho tiempo, pero no porque hubiese ahorro abundante que hacía falta colocar a los demandantes de crédito sino porque los planificadores que dirigían los bancos centrales lo consideraron oportuno. Tras los ataques terroristas del 11-S se temía una gran crisis y se decidió mantener bajos los tipos de interés durante un largo periodo para animar la inversión. Sucede sin embargo, que los precios fijados por los planificadores están condenados a fracasar. Los tipos artificialmente bajos ditorsionan la relación entre consumo presente y consumo futuro: desincentivan el ahorro al tiempo que fomentan el consumo y el endeudamiento. El sobreconsumo y el sobreendeudamiento que vivimos estos años efectivamente hizo crecer mucho a la economía pero fue un boom artificialmente inducido que privó de capital líquido al sistema financiero y dio lugar a malas inversiones a gran escala, como pisos a 6.000€ el metro cuadrado. Sin ese bajo precio del dinero los inmuebles no habrían alcanzado esos precios ni los particulares tendrían las deudas tremendas que ahora tienen y que amenazan la supervivencia de muchos bancos. Las burbujas al final acaban estallando porque en algún momento se tiene que restringir el crédito que otorgaban unas entidades cortas de capital líquido debido al poco ahorro y a los muchos créditos otorgados.

La responsabilidad de los bancos centrales en la actual crisis la reconocen también economistas más ortodoxos como Sala-i-Martín que ayer decía en El Mundo: "La crisis (...) viene de malos incentivos en el sistema financiero, de una mala regulación mundial, de un exceso de intervención pública, de Greenspan bajando los tipos a casi cero".

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