martes, 29 de mayo de 2007

Payasocracias y democracias modélicas


Radio Caracas Televisión ( RCTV ) era una televisión venezolana muy crítica con el gobierno venezolano, razón por la cual el sátrapa Hugo Chávez ha decidido cerrarla.


En la modélica democracia española sería impensable que ocurriese tal cosa. Entre otras cosas porque no existe una RCTV española. Ni una sola televisión nacional es crítica con el actual gobierno, y hay dos dedicadas en cuerpo y alma a cantarnos la excelencias de nuestros gobernantes y la vileza de los opositores.

En las repúblicas bananeras cuando un medio incomoda se recurre al chapucero método de ordenar su cierre. En las avanzadas democracias como la española se conocen métodos más finos y sofisticados: subvenciones, licencias, suscripciones públicas, y publicidad institucional para los afines; antenicidio y C.A.C. para los críticos. Jamás el cierre a saco. Eso es cosa de populistas bananeros. Deberían aprender de los maestros españoles.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Aprovechemos la oportunidad




Ahora tenemos la oportunidad de castigarle por sus tropelías. ¿ La vamos a desaprovechar ? Él no ha desaprovechado sus oportunidades para castigarnos a nosotros con su política. Ni lo hará en el futuro. Se merece un varapalo y si no se lo damos nosotros no se lo dará nadie.


La abstención es un arma absolutamente ineficaz contra él. Ni siquiera le despeina. Que te quedes en tu casa le resbala completamente. Si no se lleva un buen varapalo se sentirá avalado para seguir haciendo lo mismo que ha hecho hasta ahora. Si no se lleva un buen varapalo tendremos que ver a Blanco y Rubalcaba sonrientes, satisfechos, eufóricos y presumiendo de que tienen el apoyo del pueblo.


La abstención está bien para aquéllos que no tienen otra expectativa que ver si su equipo de fútbol gana el domingo, para aquéllos que no se enteran de nada, y que la política les resulta indeferente, pero no para los que tienen inquietudes y ambicionan una sociedad más libre. Si tampoco te convence la oposición vota a Ciutadans u otro partido. Si ganan y luego te defraudan castígales dentro de cuatro años; pero ahora es urgente pararle los pies a Zapatero y abrir la puerta de la regeneración del PSOE.

sábado, 19 de mayo de 2007

Impresiones después del debate


Esta noche han debatido en TV3 los candidatos a la alcadía de Barcelona.
Así los hemos visto:


Xavier Trias: Extremadamente torpe. No diremos que nos ha decepcionado porque ya lo conocíamos. Visiblemente nervioso, ha perdido la calma más de una vez y, lo que es mucho peor, ha salido mal parado en su absurda pretensión de parecer más socialista que los socialistas. Se ha proclamado de centro-izquierda y cuando se hablaba de vivienda, ha caído tontamente en la trampa de ponerse a discutir quién ha construido más viviendas sociales, en lugar de explicar a la audiencia cómo la infame, restrictiva, intervencionista y antiliberal política socialista de gestión del suelo ha puesto por las nubes el precio de los pisos.


Jordi Hereu: Se ha desenvuelto con soltura. Aunque el contenido de su discurso es poco creíble para un espectador bien informado, ha demostrado ser un buen comunicador y saber qué quiere oír la audiencia. Ha flaqueado en el tema de la seguridad.


Alberto Fernández: Valiente y desacomplejado. El único que ha puesto en aprietos al alcalde Hereu y se ha rebelado ante los topicazos progres de Mayol.
Mientras los demás rivalizaban por ver quién es más socialista, Fernández ha ofrecido un discurso alternativo haciendo hincapié en la ley y el orden.


Imma Mayol: Una buena comunicadora. Sabe quién es su público y cuál es el discurso políticamente correcto, sostenible y progre que les gusta oír a todos y todas ellos y ellas.


Jordi Portabella: En su línea. Inane.

jueves, 17 de mayo de 2007

Héroes




Lo explicaba hace unos meses Ricardo López Göttig con una claridad insuperable:

América Latina se ha perdido en el laberinto de quienes sueñan con tener héroes que la salven de la pobreza y la postergación, buscando al redentor que finalmente logre sacarla del pozo al que nos arrojaron potencias malignas y designios perversos. Así han aparecido héroes de la retórica, de promesas, de gestos altisonantes, que proclaman reivindicaciones simbólicas que encienden el orgullo inmediato para ganar elecciones. Una vez arribados a la presidencia, estos héroes reclaman para sí una suma de poder incuestionable, ilimitado, concentrado, para llevar adelante sus gestas épicas. No les caben las reglas de la normalidad democrática, de la alternancia pacífica en el gobierno, ni los límites constitucionales y los contrapesos republicanos.

Esta fe en el líder providencial que resolverá definitivamente las injusticias se halla, lamentablemente, muy extendida en Iberoamérica. Lo he podido comprobar participando en diferentes foros políticos. Incluso los detractores de populistas como Chávez reclamaban “líderes de verdad”, que cogiesen las riendas, que enderezasen el rumbo de la nación; y no un gobierno que garantizase un marco legal estable que les dejase trabajar y prosperar en paz. Un gestor eficaz pero aburrido y carente de carisma como Aznar jamás hubiese ganado unas elecciones, por ejemplo, en Ecuador. El pueblo quiere fútbol y populismo. Reclama héroes. Redentores carismáticos que desafíen al enemigo exterior y nos devuelvan el esplendor perdido. Porque siempre hay un culpable en el exterior de nuestras desgracias y siempre hubo en el pasado una arcadia feliz que nos arrebataron, como el glorioso Imperio Inca. También en Europa hay populistas como Le Pen que añoran la Francia de Juana de Arco o andalucistas que fundamentan su realidad nacional en la lejana Tartessos.

Para llevar a cabo la gesta heroica de recuperar el esplendor perdido hacen falta mesías, héroes. Estos héroes, una vez que alcanzan la presidencia, reclaman para sí una suma de poder ilimitado e incuestionable para llevar a cabo su tarea épica. No se pueden poner límites a su acción porque él es el encargado de guiarnos hacia la salvación. Si las constituciones restringen ese poder se cambian; si la Justicia puede interferir en su misión, se la somete; si las televisiones incomodan, se cierran; si es preciso gobernar por decreto durante meses, se hace.


Deberían saber, los ciudadanos que han de padecer a estos héroes, que la prosperidad la traen siempre los individuos cooperando pacíficamente en mercados libres. No los gobiernos, ni los mesías. Los países que se han hecho ricos no lo han hecho por el poder de sus gobiernos, sino por el poder de sus individuos. Produciendo al máximo sin trabas e intercambiando bienes y servicios. Un gobierno puede arruinar un país con medidas equivocadas, pero no puede traer la prosperidad por sí solo. Es un error dar tanto poder a los gobernantes. Lo que se tiene que hacer es liberar las fuerzas productivas del hombre . Así fue como el capitalismo liberal consiguió transformar la faz de la tierra y produjo un considerable desarrollo económico en Occidente.

jueves, 3 de mayo de 2007

El grotesco programa económico de Ségolène



No me extraña que su principal asesor económico dimitiese. Las propuestas económicas de Ségolène Royal son puro populismo bananero.

Entre otras cosas propone:

- Incrementar el salario mínimo de 1.250€ a 1.500€ por una semana laboral de 35 horas. ( En España está en 516€ por una jornada de 40 horas )


- Renacionalización y fusión de las empresas Electricité de France (EDF), Gaz de France (GdF)


- "Democratizar", es decir, politizar, el Banco Central Europeo

¿ Se ha parado a pensar la Zapatera qué pasará con todos aquellos empleados cuyo trabajo mensual se valore en menos de 1.500 € ? ¿ Dónde podrán trabajar entonces ? ¿ Les ofrecerá trabajo ella en el sector público, tal vez ?
Y su voluntad de someter el BCE a control político ( para que sea más democrático, dicen ) es otro despropósito. ¿ Y si democratizamos también el precio de la carne ? ¿ O el sueldo de los políticos ? Les gustaría que el BCE bajase los tipos de interés cuando a los políticos les pareciese políticamente oportuno, en vez de que fluctuase según la oferta y la demanda de dinero. El tipo de interés, junto al tipo de cambio de una divisa, es el precio más importante de una economía y no puede quedar a merced de la conveniencia de los políticos.

Convendría que estos populistas se enterasen de una vez, que ni los salarios, ni ningún precio, son, ni pueden ser producto de una orden ministerial, sino consecuencia de la oferta y la demanda de lo que se quiere contratar. Si se pretende, como con el salario mínimo, fijar un precio superior al de mercado, la consecuencia será que se dejarán de demandar los servicios de aquellos trabajadores cuyo trabajo se valore por debajo del salario mínimo fijado. Es decir, se quedarán en el paro.

Cuando lo que se pretende, como en el caso de los tipos de interés, es mantener los precios por debajo de su nivel de mercado, es inevitable, por un lado, un incremento de la demanda del artículo intervenido. Al ser más barato, habrá más gente interesada en adquirirlo. Y por otro lado, una reducción en la oferta, pues a un precio menor, habrá menos gente dispuesta a ofrecer ese producto para su venta. Por consiguiente, en el mejor de los casos, la escasez de ese producto quedará garantizada. En el caso de los tipos de interés, Ségolène debe de creer que el ahorro se genera espontáneamente sin que le afecte el interés, y que los ahorradores no tienen ninguna otra opción para destinar su dinero, y que por tanto lo seguirán ingresando en los bancos en cualquier caso.

Espero que este domingo se lleve en las urnas el varapalo que se merece.