Jordi Miralles y su héroe sediento de sangre

Acabé con el problema con una pistola del calibre 32, en el lado derecho de su cerebro... Sus pertenencias ahora son mías. Lo explica el propio Che Guevara en su diario de Sierra Maestra. La víctima se llamaba Eutimio Guerra, de quien el Che sospechaba que estaba pasando información al enemigo. Posteriormente dispararía a un campesino llamado Aristidio que expresó su deseo de abandonar la lucha cuando los rebeldes se trasladaran a otro lugar. Luego se preguntaba si esta víctima en concreto realmente era lo suficientemente culpable como para merecer la muerte

En una carta escrita a su mujer en 1957, poco después de desembarcar en Cuba junto con Castro para empezar la Revolución, se sincera: Aquí, en la selva cubana, vivo y sediento de sangre. Sed que pudo saciar en cuanto triunfó la Revolución y Castro lo puso al frente de la prisión de La Cabaña. Unos doscientos cubanos, la mayoría sin implicaciones en crímenes, fueron fusilados allí tras juicios relámpago de diez o quince minutos. José Vilasuso, abogado que trabajó con el Che en la prisión de La Cabaña preparando las acusaciones, confirmó que los hechos se juzgaban sin ninguna consideración de los principios de justicia.

En uno de sus discursos, el Che vuelve a mostrar su faceta más cruel: el imparable odio al enemigo nos impulsa y nos transforma en efectivas, frías y selectivas máquinas de matar.

Tal día como ayer, hace cuarenta años, el ejército boliviano lo mató en la región de Valle Grande, después de que campesinos locales lo delatasen. Tras cuatro décadas, el Che sigue siendo objeto de devoción por parte de la izquierda más fanática e ignorante. Sin ir más lejos, Jordi Miralles, diputado en el parlamento catalán por IC-V, en un reciente artículo publicado en el periódico local La Voz, dice del Che, que se ha convertido en un referente en todo el mundo, por lo que dijo y por lo que hizo, y que consiguió sociedades de hombres y mujeres libres en una tierra habitable para todos. Ya nos explicará el señor Miralles dónde consiguió eso, porque es bien sabido que en Cuba las libertades están restringidas al máximo. En el mismo artículo, Miralles, dice que tiene muchas esperanzas en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

Ésta es la catadura moral e intelectual de la izquierda catalana. Idolatran a un cruel asesino porque decía luchar contra las injusticias y el imperialismo. Cualquier barbaridad se justifica si supuestamente tiene una finalidadad social. Éstos son los políticos que legislan sobre nuestras viviendas, o la educación de los niños. No sería de extrañar que el Che acabara en algún manual de Educación para la Ciudadanía. Menos, creyendo Miralles que merece un homenaje.

En fin, con referentes así, no hay que extrañarse luego de que perpetren las políticas que perpetran.