lunes, 16 de febrero de 2009

El tiburón del Carmelo




Lo ha pintado en un muro el grafitero Blu por encargo del ayuntamiento de Barcelona.
Es un gigantesco tiburón formado por billetes de 100 euros. Chapuceramente rectilíneo y bidimensional como si lo hubiese dibujado un niño de ocho años, pero progresista. Representa, interpreto, un colosal tiburón de las finanzas, la voracidad de este capitalismo insensible e inhumano, la ferocidad de la desregulación financiera que nos ha llevado a esta crisis de la que nos tienen que sacar los burócratas. Los mismos burócratas que hundieron literalmente el barrio del Carmelo contratan ahora a un grafitero progresista para distraer al personal y señalar a un culpable diferente de las desgracias cotidianas. Debemos temer la ferocidad del mercado, no a los sabios y ecuánimes prohombres de la política capaces de domesticar a la fiera.

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

En los años 30 tenias a Picasso para hacer la propaganda.Hoy tienes a los grafiteros.En los 60 tenias intelectuales como Sartre para hacer los trabajos.Hoy te vale con un actores en manifa.
Solo cambias los modos.Tampoco es para espantarse.

Anónimo dijo...

Pues Nairu, tengo la sensación que a los politicastros catalinos (nazional socialistas creo que se autodefinen) esta vez su perverso inconsciente les ha jugado una mala pasada. Mira bien el grafitti Nairu: yo veo que el tiburón son los políticos, que de tanto robar a los ciudadanos se ha hecho de papel moneda... y avisa a todos los que en dicho barrio viven que sigue estando hambriento.

¡Pandilla de ladrones!... hasta su autodefinición de nazional socialistasles queda pequeña.

Pablo el herrero

Ignotus dijo...

Hola Nairu,

pásate por este hilo de Liberal.cl, a lo mejor te interesa.

Saludos.

Anónimo dijo...

fácil es criticar, quizá más difícil es que esa crítica no quede en mera flatulencia intelectual.
por supuesto es una falta de respeto la billetada que recibió Blu para este graffiti de cara a la comunidad graffitera de barcelona, como lo es que se pinte en este barrio después de lo ocurrido.

De eso, a criticar la obra hay un gran paso. niño de ocho años y bidimensional... me parecen quizá unos términos que denotan falta de cultura en el ámbito del arte, que ya hace hartos años no es exclusivamente realista. pero claro, se necesita de un sujeto sensible a recibir el mensaje.