miércoles, 22 de agosto de 2007

El país de Obiang

Hace seis años Guinea Ecuatorial era uno de los países más pobres del mundo. La gran mayoría de sus 500.000 habitantes vivía en la extrema pobreza, con menos de un euro al día, sin electricidad ni agua corriente. La esperanza de vida no llegaba a los 50 años. Hoy siguen viviendo en las mismas condiciones miserables de entonces, con menos de un euro al día y con la misma esperanza de vida, pero Guinea Ecuatorial es ahora el segundo país más rico del mundo. A finales de los 90 se descubrieron riquísimos yacimientos petrolíferos y la economía es hoy 20 veces más potente que hace diez años. Este pequeño país produce unos 300.000 barriles diarios de petróleo. Una producción per capita similar a la de Kuwait. El sátrapa Obiang, tan bien recibido cuando viene a España, y sus allegados más próximos son los únicos que han sacado provecho de tan extraordinaria riqueza. Así de terrible y paradójica es la realidad de esta antigua colonia española. Su PIB per cápita es superior al de Alemania, Dinamarca, EE.UU. o Noruega. Sólo Luxemburgo lo supera. Y sin embargo los ecuatoguineanos viven en una miseria atroz.

El sátrapa, que está entre los más ricos del mundo, enfermó de cáncer de próstata en 1999, fue tratado en Estados Unidos y su factura médica la pagó la petrolera Mobil.


Mientras las compañías estadounidenses sigan sacando tajada del petróleo de allí, no parece probable que Obiang vaya a correr la misma suerte que Saddam. Desgraciadamente aquello seguirá siendo el país de Obiang, no el país de los ecuatoguineanos.

5 comentarios:

Fernando A. Ramírez Martínez dijo...

Conozco a algunos opositores de por allá y según me han dicho, el país es aún más rico, pero el regímen infla las cifras de población para que no destaque tanto.

En fin, las cosas de la descolonización. Siguen comportándose como tribus, pero con petroleo y kalashnikovs.

Nairu dijo...

Sí, hay mucha rivalidad entre las principales etnias, los fang y los bubi.

Y la descolonización fue especialmente dramática allí. Macías expulsó a los españoles y los nigerianos que plantaban el cacao y la producción cayó drásticamente. Antes de aquello, era un país relativamente próspero en el contexto africano.

Carlos López Díaz dijo...

otra prueba más de que los grandes grupos económicos son los menos interesados en que se extienda la libertad de mercado. Beneficios como los que obtienen en estas dictaduras son impensables en un marco de seguridad jurídica, competitividad y Estado de Derecho. Por eso pienso que detrás de los antiglobalización, si investigáramos lo suficiente, nos encontraríamos con "poderes fácticos fácilmente reconocibles". Yo he descubierto un caso curioso en relación con un libro de texto rebosante de pacifismo y rollo kumbayá, cuya editorial pertenece en última instancia a uno de los principales fabricantes de armamento franceses.

Nairu dijo...

He leído tu post, CLD. Lo he encontrado de gran interés.

Anónimo dijo...

Lo de la población es curioso, yo había leído que eran 500.000 pero le pregunté a un Guineano (es curioso, pero conozco varios y al decirle que trabajaba con otro me preguntó quién era y me dijo que se conocían -casi- todos entre sí) y me contestó que eran 300.000.